Durante los siguientes 15 días el piojo va creciendo y desarrollándose hacia su estado adulto, experimentando hasta tres mudas.
A partir de este momento se produce una diferenciación sexual entre machos y hembras. Estas últimas, una vez fecundadas, empiezan a poner huevos, entre 4 y 8 al día, hasta que mueren al cabo de unos 15 días.
Como podemos ver, el ciclo vital del piojo, desde que una hembra ha puesto un huevo hasta que el piojo que nació de ese huevo muere tiene una duración de unos 35 días como máximo, y en él hay dos fases muy diferenciadas: la primera en la que el piojo en estado de ninfa se alimenta y va creciendo pero no es capaz de reproducirse, y la segunda en la que las hembras son capaces de poner un elevado número de huevos que se transformarán en nuevos piojos si no lo evitamos.
Del conocimiento de este ciclo vital se deduce en primer lugar que la perseverancia es fundamental para acabar con una pediculosis. La mayor parte de los tratamientos son efectivos para acabar con los piojos pero son poco eficaces para terminar con sus huevos (liendres). Debido a esto, debemos repetir los tratamientos de forma sistemática para poder terminar con todos los parásitos adultos en el primer tratamiento y luego, progresivamente con todos los individuos jóvenes que vayan naciendo de los huevos sin darles tiempo para poner nuevamente huevos.